Samhain: Honrando nuestras raíces y a las que nos precedieron
¡Hola, hermanas del Círculo!
El 31 de octubre, cuando se dice que el velo entre los mundos es más fino, se celebra Samhain, un sabbat mayor que marca el final de la temporada de cosechas y el inicio de la estación oscura. Aunque representa el cierre del año solar, también es una celebración de nuevos comienzos, conocida como el Año Nuevo de las brujas.
Samhain tiene sus raíces en las antiguas tradiciones del pueblo celta, que celebraba la conexión con la naturaleza y los ciclos de la vida. Durante la noche de Samhain, se encendían grandes fogatas purificadoras, conocidas como Neid Fires. Estas llamas servían para iluminar las casas y eran un homenaje a las personas fallecidas, que eran invitadas a unirse a la celebración. Una tradición curiosa es que las personas se disfrazaban de espíritus malignos, no solo por diversión, sino para evitar ser detectadas por quienes pudieran querer molestarlas.
En esta noche, se dice que los límites entre el mundo de las personas vivas y el de las fallecidas se desvanecen, permitiendo que los espíritus acudan a nuestras vidas. En algunas tradiciones, se coloca un cubierto extra en la mesa durante la cena para honrar a quienes ya no están.
Samhain no solo marca el final de un ciclo, sino que también nos brinda la oportunidad de revisar nuestras experiencias del año. Es un tiempo para mirar hacia atrás y reconocer tanto los logros como los desafíos que hemos enfrentado. La vida, a menudo, no es un camino sencillo; hay momentos de dolor y sufrimiento que pueden dejar marcas profundas.
En este sentido, creo que el agradecimiento no debe ser un acto de conformismo. No se trata de encontrar lecciones positivas en cada experiencia dolorosa, sino de valorar las pequeñas cosas que nos mantienen en pie. Agradecer por estar aquí, por tener un techo sobre la cabeza, por disfrutar de una comida caliente o por las amigas que nos sostienen en tiempos difíciles. Es una oportunidad para conectar con nuestras emociones, para sentir y validar lo que hemos atravesado.
Es un recordatorio de que, aunque la vida sea dura y a veces injusta, siempre hay destellos de luz en medio de la oscuridad. Este momento nos invita a ser conscientes de lo que realmente importa: la conexión con nosotras mismas, con nuestras raíces y con quienes nos han precedido. Para mi es importante destacar especialmente esa conexión especial entre las mujeres, reconociendo a todas aquellas que nos han abierto caminos y nos han dado fuerza para seguir adelante. Recordar a nuestras antepasadas es una manera de honrar su lucha y su valentía, de reconocer que, gracias a su resistencia, nos encontramos aquí hoy. En este sentido, podemos honrar a todas las mujeres que vinieron antes que nosotras (porque fueron, somos) y en esa continuidad, encontramos fortaleza y esperanza.
Las correspondencias de Samhain, que incluyen colores, cristales, hierbas y comidas, ayudan a conectarse con la energía de esta festividad y a crear un ambiente propicio para la reflexión y el homenaje. Estos elementos son propios de la celebración y aportan una conexión con el ciclo de la vida.
- Colores: negro, naranja, morado, gris, marrón, violeta.
- Cristales: amatista, cornalina, ojo de tigre, turmalina, labradorita, hematita, obsidiana.
- Hierbas y plantas: romero, salvia blanca, menta.
- Comida y bebida: castaña, manzana, calabaza, granada, boniatos, membrillo, frutos secos, sidra, moscatel.
- Inciensos: tomillo, albahaca, lila, clavo, sándalo.
- Animales: búho, cuervo, gato, araña, murciélago, sapo.
- Flores: crisantemo y pensamientos.
Para celebrar Samhain, puedes crear un altar que refleje la esencia de esta festividad. Imagina un rinconcito en tu casa, decorado con velas en tonos negro, naranja y morado, que simbolizan esta conexión con el ciclo de la vida. Añade algunas calabazas, que aportan un aire festivo y que representan la abundancia de la cosecha. Las manzanas, con su simbolismo de fertilidad y conocimiento, pueden estar dispuestas en el altar, junto a calaveras que recuerdan a quienes han partido.
Completa el espacio con hojas secas y bellotas, elementos que evocan el cambio de estación. Un toque de romero y caléndula no solo embellecerá el altar, sino que también traerá consigo las propiedades purificadoras de estas hierbas. Para añadir un cierto misticismo, puedes incluir otras flores como los crisantemos y pensamientos, flores que simbolizan la memoria y la reflexión.
No te olvides del caldero, un símbolo de transformación, y unas piñas secas, que recuerdan la conexión con la naturaleza.
Este altar no solo servirá como un homenaje a quienes han partido, sino también como un espacio para reflexionar y celebrar la vida, creando un ambiente acogedor y significativo en tu casa.
En este Samhain, honremos nuestras raíces y a quienes nos han precedido, reconectando con la historia y el legado de las mujeres que nos han llevado hasta aquí. Que este momento de transición nos inspire a seguir adelante, reconociendo tanto los desafíos como los pequeños logros que nos hacen fuertes. ¡Feliz Samhain!
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