Receta para un día de noviembre perfecto
¡Hola, hermanas del círculo!
Hoy, mientras la lluvia cae sin piedad y el frío se hace el
rey de la fiesta, quiero invitarte a disfrutar de un día superacogedor, con
algunas actividades que son geniales para sobrevivir a esta época del año. Te voy
a contar algunos de mis rituales favoritos que me reconfortan cuando tengo la
suerte de tener un día solo para mí. Así que, prepárate un buen café o té, y
vamos a por ello.
Cuando tengo un día para mí sola, empiezo la mañana creando ambiente y sin presiones. Eso significa encender velas. Me gusta pensar que la luz suave y cálida que emiten transforma mi espacio en un refugio acogedor, donde nada malo puede pasar. Es el momento perfecto para meditar y tratar de centrarme. Utilizo meditaciones guiadas de YouTube o las sesiones de Petit Bambou. A veces, me siento como una yogui zen; otras veces, solo pienso en que el cubo de la ropa sucia está a tope y habría que hacer algo para remediarlo. Pero bueno, cada intento cuenta.
Después de meditar, me aseguro de que la casa esté
presentable (no quiero que mi casa me mire con desprecio). Ventilo las
habitaciones, hago la cama y recojo las cosas que se han quedado desperdigadas
por todas partes. Soy práctica y me niego a ser esclava de mi casa, pero un
poco de orden nunca han hecho daño a nadie. Después de todo, un
ambiente ordenado me ayuda a mantener la mente despejada. Aunque hay días en
los que mi casa parece haber pasado por un tornado, trato de recordar que a
menudo no hay tiempo para todo y tampoco pasa nada.
Una vez que la casa parece menos un campo de batalla, me
preparo un desayuno caliente y potente para combatir el frío. Lo que más me
gusta en esta época del año es una tostada con huevo y bacon, con un té con
leche calentito. Pero, claro, puedes elegir lo que te haga sentir más reina. ¿Tienes
un antojo por unos pancakes esponjositos? ¡Adelante! ¿Un bol de yogur con
frutas? Dale también con eso. La idea es disfrutar de este momento como si no
hubiera un mañana, porque, seamos realistas, el desayuno es la comida más
importante del día.
Mientras escribo esto, he recordado una tradición familiar
de mi infancia. Cuando era pequeña, en casa solíamos hervir hojas de eucalipto para perfumar el ambiente y ayudarnos a sobrevivir a la temporada de virus. ¡Mi
aita hacía simmer pots sin saber que existían! Esta es otra forma de
llenar la casa con el espíritu de la temporada: prepara un simmer pot
con rodajas de naranja, canela, clavo o cualquier otra especia que te haga
sentir bien y huela rico.
Con el estómago lleno y el ánimo en alto, es hora de hablar
de mis lecturas. Ya tengo todos mis libros elegidos de aquí al final del año, y
como lectora estacional, prefiero leer títulos que se alineen con la época. Así
que, al acercarse diciembre, empiezo a sumergirme en historias invernales y
navideñas. Hay algo mágico en leer sobre chimeneas crepitantes mientras afuera
hace un tiempo infernal.
Disfruto mucho de hacer una lista de mis próximas lecturas, así me meto en el ambiente y me siento lista para recibir el invierno como se debe. ¿A ti te gusta planificar tus lecturas o eres más de improvisar? En realidad, hay algo de emoción en descubrir un libro al azar en la biblioteca, pero también me encanta tener un plan. Quizá deberíamos organizar un club de lectura algún día para discutirlo.
Chocolate caliente: el mejor compañero
A la hora de la merienda, no hay nada mejor que un chocolate
caliente casero para gozar como una cochina. Me gusta hacerlo con cacao puro al
100%, leche, una cápsula de crema para café, azúcar moreno y un toque de sal.
No es un capricho, es pura necesidad. Imagínate acurrucarte en el sofá con una
taza humeante en la mano, mirando la lluvia caer mientras lees un libro. ¿Puede
haber algo más gustoso?
Si te sientes aventurera, también puedes añadir unas nubes (o jamones como les llamamos aquí), canela o incluso un poco de licor (si es una de esas noches). Es tu momento de disfrutar y consentirte, así que hazlo a lo grande.
Por cierto, creo que es hora de desempolvar los adornos navideños. Aunque trato de disfrutar cada estación del año por lo que es, debo ser sincera: la navidad no es la temporada que más disfruto. Aun así, me gusta decorar la casa. Precisamente hacerlo me ayuda a encarar estas fiestas con mejor ánimo. Aprovecharé también para sacar del armario el pijama del Grinch. Me hace sentir más yo.
Cuando cae la noche (alrededor de las 17:30, porque gracias, horario de invierno), me gusta encender una luz suave y algunas velas, preparándome para una velada de lectura. Me acurruco con mi mantita y disfruto de un vídeo ASMR en la tele. Esos sonidos suaves me ayudan a desconectar, a liberarme de las preocupaciones y el estrés… a evadirme del mundo real. En este momento acabo de terminar “El café de las leyendas” de Travis Baldree, un cozy fantasy que me ha encantado.
Siento que la lectura nocturna en un ambiente confortable es
como un ritual sagrado, una actividad de puro autocuidado, un regalo que me
hago siempre que puedo. Con cada página, me adentro más y más en otros mundos,
y me olvido del frío del exterior.
Finalmente, quiero recordar que durante esta temporada
festiva que se acerca, es mejor que no te presiones demasiado. He descubierto que desacelerar es
la clave para disfrutar realmente de la vida. La hiperproductividad a la que
nos fuerzan no es forma de vivir. Trata de encontrar un momento para disfrutar
de un buen libro, un chocolate caliente, o simplemente para mirar por la
ventana y preguntarte por qué hace tanto frío. Te animo a que te tomes el
tiempo para disfrutar de cada pequeño momento, ya sea mientras cocinas, lees o
simplemente contemplas la vida pasar.
Así que, en resumen, mi día acogedor está lleno de rituales que me hacen sentir más feliz en mi pequeño mundo. Espero que estas ideas te inspiren a crear tus propios momentos especiales. Mantente calentita, cuídate, y recuerda: ¡los pijamas del Grinch son el uniforme oficial de la temporada! ¡Nos vemos en el próximo post!
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